Actualmente se vive una
crisis en lo educativo, lo político, lo económico y también en lo valoral; de un tiempo para acá se ha estado desvalorizado el papel del docente, tanto por esta reforma educativa que se desconoce casi en su totalidad, como
por las marchas realizadas al interior del país, la falta de clases, de
maestros y por qué no, también la falta de calidad educativa.
Es el docente quien
puede transformar esta perspectiva, simplemente no olvidando uno de los papeles
fundamentales de la formación docente: la ética.
Recordemos que la
educación también se trasmite por medio del ejemplo, a veces más que por las
palabras o teorías, es lo que conocemos como curriculum oculto. Este aspecto hace referencia a los
conocimientos destrezas, valores, actitudes y normas que se adquieren en los
procesos de enseñanza-aprendizaje y en general en todas las interacciones que
se dan cotidianamente en el aula y la escuela, pero que no llegan a manifestarse
como metas educativas a lograr de una manera intencional, si no que esto se revelará en su desempeño como
ciudadano en la sociedad y la manera en que desarrollará su forma de vida
y sus relaciones humanas, por eso, es de vital importancia el reflexionar y asumir
nuestro papel como docentes y agentes de cambio.
La escuela cumple un rol fundamental, en ella
se dan los lineamientos del conocimiento.
Se parte de los conocimientos previos y se afianzan nuevos conocimientos, dando así una formación integral.
Se parte de los conocimientos previos y se afianzan nuevos conocimientos, dando así una formación integral.
Este es el escenario donde los alumnos asimilan todo lo que escuchan y
observan.
Por lo tanto, el docente de hoy debe ser innovador, creativo, líder, mediador, encauzador de información. Ser, un agente de cambio.
Por lo tanto, el docente de hoy debe ser innovador, creativo, líder, mediador, encauzador de información. Ser, un agente de cambio.
Dentro de estos cambios, llega la era del
Internet y la expansión de numerosos tipos de redes sociales o comunidades
virtuales.
Ha sido cada vez más
notorio el utilizar éstas de manera continua para informarse sobre noticias,
participar en la compra y venta de diversos productos, recibir información,
establecer contactos, jugar y ejecutar actividades de colaboración profesional,
así como chatear y compartir aficiones diversas. De ahí, que el entorno en donde nos desarrollamos haya
cambiado radicalmente, sobre todo en la forma de comunicarnos y claro, la
educación no escapa de ello.
Por lo anterior, se
requiere la modificación de los roles de profesores y estudiantes, lo que
implica la adaptación de estrategias de enseñanza y aprendizaje que incluyan internet
y sus diversas herramientas, como parte crucial en las prácticas educativas.
Las redes sociales, se
han convertido en una herramienta que permite el aprendizaje colaborativo e
involucra espacios de intercambio de información que fomentan la cooperación.
Uno de los retos de la educación actual
debe ser reconstruir el espacio educativo y adaptarlo a la sociedad que se
sujeta a cambios continuos. Las redes sociales no deben de ser prohibidas o
ignoradas en cuanto a estudio se refiere, ya que su posicionamiento y fascinación en los
alumnos son una posibilidad didáctica enorme.
He aquí, que el profesor
deja de ser la única fuente de transmisión de saber para su alumnado, puesto
que toda la magnitud que se quiera de conocimiento reside en Internet, debemos
ser conscientes de ello y legitimar nuestra posición en el aula como guías,
tutores y mediadores en el aprendizaje.
Es necesario que el docente se comprometa a desarrollar habilidades y
competencias que le permitan llevar a cabo su labor, siempre dispuesto al
cambio.
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